Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

Ahora asustan a S.S. los hechos que, tomados de la Dirección de seguridad pública, refieren los periódicos. Como antes no existía esa Dirección, y no se llevaba la estadística de esos hechos, claro está que no tenía S.S. motivos de alarma; pero no era porque no existieran crímenes, quizá en mayor número que ahora, sino porque ahora se dan a conocer cosas que antes se ocultaban. El Gobierno no tiene interés en ocultar los males del país; cree, por el contrario, que conviene ponerlos de manifiesto para aplicarles el oportuno remedio. Ya sabemos, pues, por qué S.S. se asusta, ahora, y no se asustaba antes. Por lo demás, en cuanto a los indultos a que S.S. se ha referido, si S.S. examina lo que pasa, verá que no son en mayor número que los que se concedían en tiempo del Gobierno conservador; y además, los indultos pueden obedecer a otras razones que nada tienen que ver con esto que discutimos; se cometen delitos de todas clases, algunos que son susceptibles de la gracia del indulto, otros no; los que admiten esa gracia, ninguna relación tienen con lo que S.S. ha referido. Y en cuanto a los segundos, nosotros no hemos sido los más espléndidos; porque S.S. tiene cerca de sí a una persona, que yo no combato, que yo no censuro, que no ha sido menos generosa que nosotros en la cuestión de indultos. Esté tranquilo S.S., que a pesar de los indultos que damos, desgraciadamente no han de quedar vacíos los presidios. ¡Ojalá que con los indultos que se conceden, dada la razón en que se fundan, los presidios quedaran vacíos, porque eso sería una buena señal del progreso de este país en la disminución de la criminalidad! [1749]